(Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido)
18 de noviembre de 2007
Tiempo: 2 h (ida y vuelta)
Dificultad: baja (atención en la bajada)
Desnivel: 200 m
Hoy es un día de relax, después de la Senda de los Cazadores del día anterior, por eso hemos buscado una excursión más relajada. Empezamos dando una vuelta por el pintoresco pueblo de Escuaín y su circuito de miradores (10 min).
El camino de las Fuentes se inicia desde detrás de la Iglesia. Hay que decir que la ruta está cerrada puesto que hace unos años hubo un enorme derrumbe en la parte final del trayecto, borrando totalmente el camino. Aún así, nosotros decidimos adentrarnos, pues hemos realizado una hora de camino para hacer expresamente está ruta.
Al poco de abandonar el pueblo, llegamos a una roca que posee un cable para ayudarnos a pasar que no entraña ninguna dificultad. A partir de aquí el camino empieza su vertiginoso descenso hacia el fondo de la garganta. El camino finaliza bruscamente al pasar por un espectacular agujero abierto en la roca y antes de un precario puente de madera.
En frente podemos observar el gran desprendimiento ocurrido hace ya unos años. El camino desaparece aunque se pueden ver los hitos colocados por otros excursionistas. El bosque ha desaparecido totalmente y los restos de los árboles arrancados de cuajo permanecen diseminados por doquier.
Al fondo del cañón se puede ver la gran cantidad de rocas desprendidas que conforman un caos en el lecho del río Yaga.
La idea era remontar un tramo de dicho río para llegar a las Fuentes de Escuaín, surgencia donde las aguas vuelven a ver la luz después de ser engullidas kilómetros arriba, pero la dificultad de superar el desprendimiento hace que decidamos volver al pueblo.
Al poco de abandonar el pueblo, llegamos a una roca que posee un cable para ayudarnos a pasar que no entraña ninguna dificultad. A partir de aquí el camino empieza su vertiginoso descenso hacia el fondo de la garganta. El camino finaliza bruscamente al pasar por un espectacular agujero abierto en la roca y antes de un precario puente de madera.
En frente podemos observar el gran desprendimiento ocurrido hace ya unos años. El camino desaparece aunque se pueden ver los hitos colocados por otros excursionistas. El bosque ha desaparecido totalmente y los restos de los árboles arrancados de cuajo permanecen diseminados por doquier.
Al fondo del cañón se puede ver la gran cantidad de rocas desprendidas que conforman un caos en el lecho del río Yaga.
La idea era remontar un tramo de dicho río para llegar a las Fuentes de Escuaín, surgencia donde las aguas vuelven a ver la luz después de ser engullidas kilómetros arriba, pero la dificultad de superar el desprendimiento hace que decidamos volver al pueblo.
Pueblo de Escuaín, parcialmente abandonado. Aquí recorremos sus miradores.
Superando un tramo equipado al poco de iniciar el camino.
El camino desciende brúscamente y sin descanso buscando el fondo del valle y del río Yaga.
Foto en grupo muy cerca del lugar del desprendimiento.
Comiendo cerca del pueblo de Escuaín.
En el pueblo de Escuaín encontramos más animales que gentes.
