VF Siala (Francia)

Vía Ferrata de Gourette
(Pyrénées Atlantiques-Pirineos Atlánticos)
27/04/08

Dificultad: media-alta (varios desplomes).
Aproximación: 5 min
Recorrido: 1:30 h
Retorno: 30 min
Desnivel: 150 m
Material: equipo básico de vías ferratas. Tirolina totalmente equipada.

Siala es de aquellas ferratas capaces de sorprenderte gracias a la combinación de un inicio con tirolina dentro de un espectacular cañón donde las aguas te salpican la cara y finalizar en una zona muy aérea con varios desplomes, que serán la guinda al pastel. Lástima del tramo intermedio, donde una excesiva equipación hace que la progresión sea algo incómoda.



Ruta de la vía con los desplomes.

Desde Sabiñánigo por la N-260 llegamos a Biescas y nos dirigimos dirección Formigal (A-136). Atravesamos la frontera por el Paso del Portalet y ya en Francia circulamos por la D-934 dirección Laruns, donde tomaremos el desvío hacia Eaux-Bonnes y su balneario. Continuaremos dirección hacia Gourette (D-918) y a los 5 kilómetros, antes de llegar a Gourette, encontraremos en el margen derecho de la carretera un cartel indicador de la vía de Siala. Podemos dejar los coches unos 100 metros antes en el lado izquierdo.

Desde el cartel se inicia un sendero que en unos cinco minutos nos dejará en la tirolina que nos ayudará a atravesar el caudaloso barranco. La tirolina está totalmente equipada y aunque no muy larga la espectacularidad del lugar nos deja boquiabiertos. Tras lanzarnos por la tirolina y frenarnos con nuestros propios pies, flanqueamos por la izquierda, remontando el cañón. Un paso atlético nos pondrá a prueba antes del corto puente tibetano (10 metros). Desde este podemos observar las caprichosas formas que pacientemente a labrado el agua en la roca.

Inicio de la vía. Preparando la tirolina para cruzar el barranco.

Tras salir del cañón gracias a unas grapas, llegamos a otro puente tibetano (15 metros), que es el antiguo inicio de la vía. Nos situamos en el otro lado del río y ante nosotros tenemos una pared con poco ángulo de inclinación pero sobre-equipada. La combinación de estos dos factores hace que la progresión sea un tanto incómoda por lo forzado de la postura. En el tramo final, la pared empieza a ganar verticalidad, cosa que agradece nuestra curvada columna.

Aquí se nos muestran dos opciones, hacia nuestra izquierda tenemos un camino fácil con un desplomado cómodo de pasar, además podemos evitarlo puesto que antes del desplome existe una vía de escape. Y la opción de la derecha, donde nos esperan dos desplomes y sin vía de escape. Tomamos el camino de la derecha y superado el primer desplome sin dificultad, flanqueamos la pared hacia la derecha para atacar el segundo desplome, algo más duro y largo que el primero. Será bueno contar con alguna cinta express por si no lo vemos muy claro y poder descansar. Superada esta última dificultad, que no es tan dura como reza el cartel inicial, nos ayudamos de una cuerda para adentrarnos en el frondoso bosque que marca el final de la ferrata.

Desde aquí seguiremos los carteles de madera pintados de rojo. En algunos tramos la bajada es complicada por las hojas acumuladas y lo resbaladizo del terreno, nos ayudaremos de unas cuerdas que hay colocadas para descender y al poco llegaremos de nuevo a la carretera.

La tirolina desde el otro lado del barranco.


Subiendo por los peldaños del final de la tirolina.


Los tres integrantes de la vía ya estamos al otro lado del barranco.


La ferrata continua por un corto puente tibetano, cruzando de nuevo el caudaloso barranco.


Superando un nuevo puente tibetano. Este era el antiguo inicio de la vía.


Largo tramo con grapas algo incómodas y colocadas en exceso.


Primer desplome. Largo e intenso.


Tramo final que nos llevará hasta el segundo desplome.


El segundo desplome marca el final de esta interesante vía.